
A lo largo de la historia han existido personas que han dedicado su vida a estudiar fenómenos y cosas aparentemente sin ninguna importancia.
De sus conclusiones nacieron cambios fundamentales para la humanidad. Darwin, por ejemplo, dedicó años a estudiar las costumbres de las lombrices de tierra.
Yo trabajo todos los días para descubrir posibilidades expresivas del mundo de las chapas, en sus versiones de alfiler, iman o espejo.
Esto me ha convertido en una especie de raro editor que publica obra plástica en soportes no convencionales.
No voy a cambiar la humanidad con este esfuerzo, sólo deseo hacerla un poquito más agradable y compartirlo contigo.